“La última frontera de los ammonites” es una entrada creada para dar a conocer aquellas publicaciones científicas aparecidas recientemente sobre los ammonites y que destacan por ser curiosas, interesantes o porque aportan algo novedoso al conocimiento de estas fascinantes criaturas.
Los ammonites son unos fósiles increíbles. El hecho de pensar en criaturas que se han extinguido ya estimula nuestra curiosidad.
Si además pensamos en que no dejaron descendientes y que los animales más cercanamente emparentados probablemente tienen un aspecto bastante diferente, esto incrementa más nuestra curiosidad.
¿Cómo eran los ammonites?, ¿Cómo vivían?
No deja de ser curioso que uno de los fósiles más estudiado sea paradójicamente apenas conocido en muchos de los aspectos básicos.
Ni siquiera sabemos el aspecto que tenían
Sin más preámbulo comencemos con algunas noticias curiosas…
Tabla de contenidos
Un ammonite atrapado en ámbar procedente de Birmania (4 de junio de 2019)
¿Es esto posible? El ámbar se forma en los árboles y los ammonites son criaturas marinas; parece algo imposible… pero sí, es cierto.
El descubrimiento es de suma importancia y no es de extrañar, ya que se trata de la primera vez que se halla un ammonite fósil en ámbar.
Foto 1. El pequeño ammonite incluido en ámbar. Se trata de una concha casi completa de un individuo inmaduro de Puzosia (Bhimaites) cuyo rango temporal de existencia va de finales del Albiense a finales del Cenomaniense. La fotografía es de Tingting Yu, Richard Kelly, Lin Mu, Andrew Ross, Jim Kennedy, Pierre Broly, Fangyuan Xia, Haichun Zhang, Bo Wang, and David Dilcher, CC BY 4.0, y ha sido obtenida via Wikimedia Commons.
Además, el hallazgo plantea una serie de interrogantes ya que la pieza aglutina hasta 40 restos (individuos) de ambientes tanto terrestres como marinos, por lo que la explicación de su origen ha supuesto un interesante reto.
Para su estudio se han utilizado algunas de las técnicas más potentes de las que se dispone. La pieza ha sido escaneada mediante un microscopio 3D de rayos X.
Foto 2. (A) La pieza de ámbar mide 33 X 29mm y contiene una gran variedad de pequeños organismos del entorno. Entre las criaturas terrestres están presentes ácaros (B y C), arañas (D), milpiés (E), insectos de los órdenes de las cucarachas, escarabajos, moscas y avispas (I, H, F y G respectivamente). En el ámbar además se conserva el ammonite, gasterópodos marinos y artrópodos (isópodos) terrestres y marinos. Copyright © 2019 the Author(s). Publicado por PNAS. Es de acceso abierto distribuida bajo Creative Commons Attribution License 4.0 (CC BY).
La conclusión de cómo pudo quedar semejante repertorio de criaturas atrapadas en resina es que esta debió caer de unos árboles cercanos a la costa marina y atrapó tanto a criaturas marinas que yacían en la arena (el ammonite y gasterópodos) como a pequeños merodeadores (isópodos, artrópodos terrestres, insectos, arácnidos, …)
Os dejamos unos enlaces para que podáis ampliar esta noticia:
Referencias:
- Al artículo original en la revista on-line PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America) https://www.pnas.org/content/116/23/11345/tab-article-info
- A la publicación realizada en castellano por National Geographics https://www.nationalgeographic.es/animales/2019/05/esta-antigua-criatura-marina-quedo-fosilizada-en-ambar-como-lo-hizo
Un ammonite deja un rastro de 8,5 m antes de quedar sobre el fondo marino.
Las marcas que dejaron los ammonites durante su actividad son muy escasas y difíciles de interpretar, sin embargo, algo más común (pero poco) son las huellas que dejaron sus conchas cuando ocasionalmente impactaban contra el suelo blando.
Estas huellas muestran una impresión en negativo de la ornamentación de la concha.
En unos pocos yacimientos del mundo se han encontrado impresiones de contacto con el fondo y al final del rastro, la concha del ammonite que la produjo.
Estos casos se interpretan como producidos después de la muerte del animal. La concha podría mantener su flotabilidad durante algún tiempo, pero poco a poco, el gas de las cámaras internas se iría escapando y el agua las inundaría.
La concha iría perdiendo flotabilidad lentamente y acabaría por quedar contactando con el fondo marino, pero aún en posición vertical.
Las corrientes de fondo o el oleaje harían que la concha se desplazase y esta iría dejando un rastro tras de sí.
Esto, como digo, se ha encontrado en algunos yacimientos; lo novedoso del caso que comentamos aquí es que se ha encontrado una huella de nada menos que 8,5 metros de longitud; la más larga hasta el momento. Al final de ella quedó fosilizado su autor.
Foto 1. Rastro de 8.5m que se puede observar en el museo de la Cosmocaixa en Barcelona. En primer plano está el inicio del rastro y yo aparezco agachado junto al ammonite a lo lejos. Se puede distinguir el rastro que fue dejando sobre el fondo marino, hoy convertido en calizas de grano muy fino (calizas litográficas de Solnhofen en Alemania).
Foto 2. Otra toma desde el otro extremo. El rastro está formado por un conjunto de líneas paralelas y van apareciendo cada vez más en función de que se girase o al ir perdiendo flotabilidad.
Foto 3. Subplanites rueppellianus es un ammonite que aparece con frecuencia en las calizas litográficas del Jurásico superior de Solnhofen (Alemania). Este ammonite aparece al final del rastro donde quedó cuando perdió su flotabilidad. Fotografía por cortesía de “Lomax DR, Falkingham PL, Schweigert G, Jiménez AP (2017) An 8.5 m long ammonite drag mark from the Upper Jurassic Solnhofen Lithographic Limestones, Germany. PLoS ONE 12(5): e0175426. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0175426”
Foto 4. Una fotografía de todo el rastro y diferentes detalles. En la línea inferior aparece el dibujo que elimina los rasgos innecesarios y permite ver con claridad los detalles del rastro. Os recomendamos ir al enlace del artículo en PLOS ONE y verla con mayor resolución junto con las explicaciones de los autores del artículo. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0175426
Este fósil puede verse en el museo de la Cosmocaixa en Barcelona. Es un museo muy recomendable que está fenomenalmente preparado para ir con niños, pero que no defraudará a los amantes de la Ciencia y la Paleontología. Y es gratis para los clientes de la entidad bancaria.
¿Cómo se pueden estudiar las huellas dejadas por las conchas de ammonites?
Pues en el museo tienen esta curiosa máquina que permite colocar la concha en diferentes posiciones. El suelo de arena gira, de modo que se simula el arrastre de la concha por las corrientes.
Obsérvese que hay dos conchas de ammonite colocadas; una en posición transversal y otra que gira para imitar el movimiento de rotación de estas. En cada caso, queda una huella característica que se puede estudiar y comparar con las encontradas en el registro fósil. Os dejamos un vídeo de esta curiosa máquina funcionando.
Referencias
Este es el enlace a esta singular noticia que confirma el comportamiento físico de las conchas de los ammonites después de morir.
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0175426
¡Hasta la próxima noticia!
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